SOMOS UNA IGLESIA CON PROPÓSITO

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Creado por: erosario
Día: 11/14/2018 @ 12:00:00 am
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José A. (Tony) Rosario, Pastor IAOLP

SOMOS UNA IGLESIA CON PROPÓSITO

Hacemos nuestra, la expresión que utilizó el profeta Samuel en la ocasión que venciera a los filisteos por medio de truenos y gran estruendo que Jehová Dios envió: "Hasta aquí nos ayudó Jehová" (1Samuel 7:12).

Dios ha trazado un plan para cada uno de nosotros; y espera de nuestra colaboración para llevarlo a cabo. Él estableció que seamos su boca, sus manos y sus pies para difundir el Evangelio en todo el mundo (Mateo 28:18-20). A veces parece que no somos efectivos en lo que realizamos, no obstante, si nos mantenemos bajo la dirección de Dios, al final veremos el fruto.

Hay que establecer un plan de acción para este tiempo, considerando siempre que al frente va nuestro Gran Capitán, Jesucristo. Estamos llamados a seguirle e imitarle, pues, Él dijo: "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón" (Mateo 11:29). Samuel y el pueblo de Israel estaban rodeados por los filisteos, los cuales se levantaban contra ellos. Nosotros estamos rodeados por un sistema que se levanta contra Dios, contra su iglesia y contra el orden establecido por Él. Con la ayuda de Dios Samuel obtuvo la victoria; y con su dirección también obtendremos la nuestra. La de Samuel era eliminar a los filisteos, la nuestra no es eliminar, sino conquistar al mundo para Cristo.

Nuestras miras están en establecer un plan de evangelismo, con el interés de que cada uno de nosotros seamos ese portavoz del mensaje de Cristo para alcanzar un alma para Él. Un alma que, una vez conquistada, la discipulemos para que pueda ser un conquistador de almas para el Reino de Dios.

En esta labor no estamos solos, pues Él prometió que enviaría al Espíritu Santo para estar con nosotros para siempre (Juan 14:16). Él cumplió su promesa y espera que salgamos a llevar a cabo la "Gran Comisión". Es su Iglesia, la que sembrará la semilla, su Palabra; es el Espíritu Santo, quien hará que halle lugar en el corazón de los hombres. Esa semilla, en su tiempo, dará el tan deseado fruto: la transformación del pecador y la conquista del mundo para Cristo. Salgamos al campo, tiremos la semilla y luego, alguien cosechará de lo que nosotros hemos sembrado. El campo es amplio y la semilla es buena y debemos estar claros que nunca retornará vacía, sino que será prosperada en aquello para lo que fue enviada (Isaías 55:11). Dios espera que entendamos su mensaje; que valientemente salgamos al campo a trabajar; y que siempre Él esté presente en nosotros porque "SOMOS UNA IGLESIA CON PROPÓSITO”.

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