DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
REGLAMENTO IAOLP - ARTÍCULO VII
Creemos que:
- La Biblia es la Palabra inspirada por Dios, a través de la cual revela su voluntad; es regla infalible de fe, doctrina y fundamento de nuestras creencias (2 Tim. 3:15-16; 1 Pedro 2:2).
- El único Dios verdadero, soberano y creador del universo se ha revelado como el eternamente existente por sí mismo: “Yo soy”. Existe en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo (Éxodo 3:14; Mateo 3:16-17; Mateo 28:19; 1 Juan 5:7).
- El Hijo de Dios, quien es pre-existente y consustancial con el Padre, se hizo hombre, murió crucificado, resucitó de entre los muertos al tercer día, ascendió a los cielos, está sentado a la diestra del Padre y vendrá a buscar a su iglesia (Juan 1:14; Juan14:3; Lucas 24: 6-9; 1Pedro 3:22; Hebreos 1:1-3).
- El Señor Jesucristo ascendió en forma corporal y fue exaltado en los cielos, retornará visiblemente, resucitará a los muertos, levantará con él a su iglesia, consumará su Reino y juzgará a los vivos y a los muertos en el juicio del fin de los tiempos.
- Jesucristo es el Unigénito Hijo de Dios, Señor y Salvador del mundo. Es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5; Hebreos 7:25).
- El ser humano fue creado justo, pero Satanás le engañó con el pecado y por su propia voluntad cayó en transgresión, incurriendo así no sólo en la muerte física sino también en la espiritual, que es la separación de Dios (Génesis 1:26; Génesis 3:4- 5; Romanos 5:12).
- Cada individuo tiene capacidad para tomar sus propias decisiones y dará cuentas por la administración de su vida y de los bienes que Dios ha puesto en sus manos como mayordomo.
- La salvación se recibe a través del arrepentimiento delante de Dios y la fe en el Señor Jesucristo; no es por obra, es regalo de Dios. El hombre se convierte en hijo y heredero de las promesas divinas (Juan 1:12; Romanos 8:16-17; Efesios 2:8-9; Tito 2:11).
- El Espíritu Santo viene a hacer morada en el creyente. Actúa en la regeneración y santificación de éste, ayudándole a apartarse del pecado y capacitándole para la obra de Dios. Es responsabilidad de cada creyente obedecer a la Palabra de Dios para que el fruto del Espíritu se manifieste en él (Hechos 5:32; Romanos 5:5; Gálatas 5:22-23).
- Es necesario vivir una vida de santidad, según lo establece la Palabra de Dios: “Santo seréis porque santo soy yo, Jehová vuestro Dios (Levítico 19:2).
- El bautismo en el Espíritu Santo es para todos los creyentes, es una experiencia subsiguiente a la salvación que imparte poder para ser testigos de Jesucristo en la tierra (Hechos 1:8; Hechos 2:4).
- La liberación de la enfermedad, la salud mental y emocional están provistas en la expiación y son un privilegio, a voluntad de Dios, para todos los creyentes (Isaías 53:4-5; Mateo 8:16; Santiago 5:14-15).
- El ayuno, la oración y la lectura de las Sagradas Escrituras son herramientas básicas para poder vivir en victoria.
- La iglesia es el cuerpo de Cristo, habitación de Dios por medio del Espíritu Santo. Todo creyente nacido del Espíritu constituye una parte integral de esa gran asamblea, cuyo propósito es cumplir con la Gran Comisión de predicar el evangelio de Jesucristo en toda la tierra (Mateo 28:18-20; Efesios 1:22-23; Efesios 2:22).
- Los ministerios (apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros) fueron constituidos para la edificación de la iglesia y evangelización del mundo. Están vigentes al día de hoy al igual que los dones espirituales que se manifiestan a través del creyente y que fueron dados por el Espíritu Santo para provecho (Efesios 4:7-13; Marcos 15:15; 1Corintios 12:7).
- Dios llama a las personas para el ministerio a través del Espíritu Santo. Cuando hay una respuesta, el hombre se compromete a dedicar su vida a la obediencia de esa vocación (2 Tesalonicenses 1:11).
- El bautismo en agua es símbolo de nuestra identificación en la muerte, sepultura y resurrección con Jesucristo. Deberá ser practicado por inmersión, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19; Romanos 6:3-5; Hechos 8:36-39).
- Los niños deben ser dedicados al Señor como un acto de fe del pacto de los padres y como una identificación pública del niño con la iglesia. Podrán ser bautizados al alcanzar una madurez que los capacite para creer y confesar a Jesucristo como el Señor (Lucas 2:22; Mateo 19:13-14; Marcos 16:16).
- La Santa Cena es símbolo del sacrificio de Jesucristo en la Cruz del Calvario; expresión simbólica de nuestra participación e identificación de la Divina Naturaleza de Nuestro Señor; un recuerdo de su pasión y muerte; una profecía de su segundo advenimiento (Mateo 26:26-29; 1Corintios 11:23-34).
- Sólo Dios es digno de adoración y todo culto debe ser dirigido a Él con reverencia (Apocalipsis 22:8-9).
- El día domingo es el día del Señor, puesto que nuestro Señor Jesucristo resucitó de los muertos el primer día de la semana (Lucas 24:1-3; 1Corintios 16:2; Apocalipsis 1:10).
- La iglesia debe proveer para el sostenimiento de su (s) pastor (es), pues el obrero es digno de su salario (Mateo 10:10).
- Es deber traer los diezmos a la iglesia los cuales, junto a las ofrendas voluntarias, fueron establecidos por Dios para sostener su obra (Malaquías 3:10; 2Corintios 9:5-14).
- Los muertos en Cristo resucitarán y serán trasladados en conjunto con aquellos que viven aún a la venida del Señor; esta es la esperanza inminente y bendita de la iglesia (1Corintios 15:51-52; 1Tesalonicenses 4:16-17; Tito 2:13).
- El paraíso es lugar de reposo de las almas que mueren en el Señor. El infierno es lugar de tormento, donde las almas de los impíos moran hasta el día en que serán juzgados para perdición. El lago de fuego, que arde con fuego y azufre, es la muerte segunda y fue preparado para el diablo, sus ángeles, la bestia, el falso profeta y cualquiera que no se encuentre escrito en el libro de la vida (Lucas 16:22, 23; Apocalipsis 19:20; Apocalipsis 20:10, 14-15).
- La iglesia victoriosa vivirá por la eternidad en la nueva Jerusalén, en un cielo y una nueva tierra (2 Pedro 3:13, Apocalipsis 21:3).
- El hombre y la mujer son la única expresión de Dios para la diversidad de género (Génesis 1:27-28; Génesis 2:22).
- La institución del matrimonio es entre un hombre y una mujer, según fueron creados por Dios e identificados por su composición cromosómica al momento de su nacimiento. Es la única forma aceptable por la Palabra de Dios para que dos personas, con conocimiento y derecho legal para ello, se unan como una sola carne en un acto sagrado y conforme al propósito de Dios: para la multiplicación y preservación de su máxima creación, la raza humana. Por ello no reconocemos ni patrocinamos ninguna otra unión conyugal entre personas de un mismo sexo, tanto fuera o dentro del matrimonio (Génesis 2:24).
- La familia es un ente social y base de la función restauradora de la iglesia (Génesis 12:3).
- Todo ser ha sido formado por Dios y tiene derecho a la vida; sólo Dios, quien fue el que la dio, puede disponer de ella (Salmos 39: 4, 5; Salmos 139:13).
- Hay que obedecer a las autoridades terrenales, siempre que no conflijan con nuestras creencias y principios cristianos (Romanos 13:1; Hechos 4:19; 1 Pedro 2:13-15).
|